Desde el momento en que alguien recibe la confirmación de que ha sido seleccionado como Asambleísta, hasta el final de la Asamblea y el seguimiento posterior, debe tener la mejor experiencia posible y sentirse bienvenido en todo momento.
Una vez seleccionados, llama a los miembros de la Asamblea para confirmar su asistencia, darles la oportunidad de aclarar cualquier duda que tengan y mantenerles informados de los pasos siguientes.
Antes de que se reúnan en persona, envía a los Asambleístas más información sobre la cuestión que abordará la Asamblea, el kit de información que deben leer, la agenda de las reuniones de la Asamblea y cualquier información logística.
Invita a los miembros de la Asamblea a unirse a una plataforma virtual en la que puedan aprender más sobre el tema y conectar con otras personas.
Organiza un momento para que los miembros se conozcan virtualmente o en persona antes de que empiece la Asamblea para dar la bienvenida al grupo. Las dinámicas de group-building ayudan a crear cohesión entre los participantes y las investigaciones demuestran que ayuda a las personas a comprometerse mejor con la complejidad.
Los miembros de la Asamblea, especialmente los que participan en Asambleas nacionales, pueden ser abordados por periodistas o grupos de interés. Deben ser informados de lo que deben hacer si esto ocurre: qué puede y qué no puede discutirse mientras la Asamblea esté en curso, y qué tipo de interacciones deben comunicarse al equipo de proyecto de la Asamblea.
Cuando traten con periodistas, los miembros de la Asamblea deben:
Para las Asambleas de ámbito nacional o regional, en las que los asambleístas proceden de distintas partes del país o de la región, se proporciona alojamiento. Hospédalos a todos juntos en el mismo hotel, donde puedan intercambiar y aprender unos de otros durante las actividades sociales nocturnas o los descansos, para facilitar las interacciones sociales entre el grupo.
Las actividades sociales ayudan a los asambleístas a conocerse y a fomentar sentimientos de confianza y respeto. Esto también les ayudará a sentirse cómodos durante las deliberaciones y a trabajar juntos con mayor eficacia. Organiza comidas compartidas, pausas activas en las que los miembros puedan meditar, pasear o hacer ejercicio juntos.
Las Asambleas Ciudadanas suelen contar con la presencia de investigadores, observadores y periodistas en los debates plenarios. Esto puede intimidar a los miembros de la Asamblea. Es una buena práctica ofrecer a los asambleístas la oportunidad de conocer a los observadores y saber por qué están en la sala al principio del proceso.
Una vez iniciada la Asamblea, un equipo de facilitadores con experiencia en deliberación ciudadana guían a los miembros a través del proceso de aprendizaje, deliberación y búsqueda de puntos en común para elaborar recomendaciones. Siguen el plan de facilitación que se ha elaborado previamente. Para más detalles sobre el plan, consulte la sección "Diseño de la Asamblea" de esta guía.
Las nuevas herramientas digitales, como la plataforma LVN del MIT, pueden ayudar a los facilitadores a captar los hilos emergentes en los debates de grupos pequeños y compartir las historias de las personas más allá de la sala.
Al comienzo de la Asamblea, una persona con la máxima autoridad de la organización comanditaria (el presidente, el ministro, el líder del ayuntamiento, el director ejecutivo o similar) da la bienvenida a los miembros de la Asamblea, haciendo hincapié en el compromiso de poner en práctica las recomendaciones que surjan de la Asamblea y explicando la tarea y la misión.
Los facilitadores presentan el orden del día y comienzan con una actividad para romper el hielo, diseñada para que los miembros de la Asamblea se conozcan entre sí.
Los miembros deciden juntos una serie de criterios ampliamente compartido para considerar soluciones y tomar decisiones: qué valores guían sus decisiones. También deberían decidir una lista de normas sobre cómo trabajarán entre ellos. Es útil volver a ellas en caso de desacuerdos más adelante en el proceso. Este primer consenso es también la primera experiencia de los asambleístas en la toma de decisión en grupo, una decisión que no está directamente relacionada con el tema que abordará la Asamblea, por lo que es una oportunidad para acostumbrarse a trabajar juntos.
Familiarizarse con las evidencias e información sobre el tema permite a los asambleístas formarse poco a poco un juicio fundado, proporciona una base para generar ideas y elaborar recomendaciones. Los miembros de la Asamblea deben disponer del tiempo suficiente y la oportunidad para cuestionar y dar sentido a la información que se les presenta, así como para evaluarla críticamente. Técnicas como compartimentar la información, analizarla en grupos e informar a otros asambleístas o interrogar a expertos pueden permitir a los miembros asimilarla mejor. Hay que preguntar a los/as ciudadanos/as si creen que hay lagunas en la información y escuchar a otros/as oradores/as para completar esas lagunas.
Durante la fase de deliberación, los miembros generan ideas, escuchan las opiniones de los demás, sopesan las ventajas y desventajas de las posibles opciones y consideran las consecuencias. Aquí es donde entra en juego la diversidad de experiencias vividas y permite que surja la inteligencia colectiva. Los miembros debaten la información pertinente y consideran diferentes opciones, con el objetivo explícito de encontrar un terreno común y llegar a decisiones de grupo.
Incorporar formas creativas de desarrollar habilidades útiles para la deliberación y abrir la imaginación de los asambleístas a lo “posible” puede contribuir a la experiencia general y a la calidad de la Asamblea. Las prácticas innovadoras pueden ser:
Organizar un curso de training para la democracia.
Desarrollar la imaginación colectiva de futuros alternativos.
Practicar el pensamiento desde la perspectiva de las generaciones futuras o del mundo natural (esto puede hacerse asignando a algunos miembros de la Asamblea como representantes de estos grupos).
Trabajar con profesionales creativos (poetas, actores, bailarines).
Siempre se agradece disponer de tiempo adicional en cualquier Asamblea, pero si los miembros consideran que es muy necesario prolongar el proceso durante otra sesión o un día para permitirles terminar su trabajo, debe crearse esa posibilidad.
Los miembros de la Asamblea trabajan juntos para redactar las recomendaciones de forma iterativa, retomándolas en grupos más pequeños para darles cuerpo. Serán necesarias varias revisiones para llegar a la iteración final.
Todas las recomendaciones se revisan colectivamente para hacerse una idea de los desacuerdos existentes y de los posibles ajustes que se pueden hacer.
Una práctica útil es compartir el borrador de las recomendaciones con la institución comanditaria y los grupos de interés adecuados, pedirles que valoren la claridad de las mismas y darles la oportunidad de plantear preguntas aclaratorias. Esto mejora la calidad del informe final y la probabilidad de impacto.
En la mayoría de los casos, los asambleístas redactan las recomendaciones finales con sus propias palabras. En cualquier caso, los miembros deben tener siempre la última palabra sobre la redacción de las recomendaciones de la Asamblea.
Una vez completada la lista de recomendaciones, los miembros de la Asamblea votan cada una de ellas para decidir si se incluirán en el informe final. Se necesita un apoyo del 75-80% para que pase el corte. No se trata de que una recomendación sea perfecta, sino de que los asambleístas estén de acuerdo con su intención. Puede recurrirse a un sencillo proceso de votación levantando la mano.
Los miembros de la Asamblea presentan personalmente el informe final de la Asamblea a la autoridad responsable del encargo. Sus representantes deben reconocer el trabajo realizado por los asambleístas, hacer preguntas aclaratorias y presentar el calendario de lo que sucederá a continuación. En algunos casos, este acto está abierto a grupos de interés o al público en general.
La institución comanditaria puede entregar a los asambleístas certificados u otro tipo de reconocimiento por su condición de miembros de la Asamblea y su compromiso con el proceso, así como agradecerles su duro trabajo.
La autoridad encargada debe publicar el informe final en su sitio web, emitir un comunicado de prensa al respecto o, en el mejor de los casos, organizar una rueda de prensa.
Qué ocurre después de que la Asamblea emita sus recomendaciones