Una Asamblea Ciudadana exitosa fortalece la confianza pública, produce resultados fiables que cosechan legitimidad y tiene un impacto en las decisiones públicas. Para llevar a cabo un proceso de este tipo, es importante preparar el terreno y establecer las condiciones para el éxito. En esta sección de la guía se exponen dichas condiciones, y en los capítulos siguientes se ofrecen más detalles.
Los principios de buenas prácticas para el funcionamiento de las Asambleas Ciudadanas se han desarrollado a partir del análisis de cerca de 300 ejemplos de Asambleas en colaboración con un grupo asesor de destacados profesionales de la administración, la sociedad civil y el mundo académico. En caso de duda, consúltalos siempre como orientación sobre lo que constituye una Asamblea Ciudadana de alta calidad.
Explora los principios:
Debe respetarse la intimidad de los miembros para protegerlos de la atención y el acoso no deseados de los medios de comunicación, así como para preservar su independencia, garantizando que no sean sobornados o presionados por grupos de interés o activistas. Los debates en pequeños grupos deben ser privados. La identidad de los miembros puede hacerse pública una vez finalizado el proceso, con el consentimiento de los mismos. Todos los datos personales de los asambleístas deben tratarse de conformidad con las buenas prácticas internacionales, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea.
Debe influir en las decisiones públicas. La autoridad pública encargada debe comprometerse públicamente a dar respuesta o actuar ante las recomendaciones de los miembros de la Asamblea en unos plazos determinados. Debe supervisar la aplicación de todas las recomendaciones aceptadas mediante informes públicos periódicos.
El proceso deliberativo debe anunciarse públicamente antes de su inicio. El diseño del proceso y todos los materiales -incluyendo las agendas, los documentos informativos, la presentación de pruebas, las grabaciones de audio y vídeo de los ponentes, el informe de los miembros, sus recomendaciones (sobre cuya redacción los miembros deben tener la última palabra) y la metodología de selección aleatoria- deben estar a disposición del público. La fuente de financiación debe ser pública. La respuesta de las instituciones públicas comanditarias a las recomendaciones y la evaluación posterior al proceso deben darse a conocer y contar con una estrategia de comunicación pública.
Los miembros de la Asamblea deben ser un microcosmos del público en general. Esto se consigue mediante un muestreo aleatorio a partir del cual se hace una selección representativa, basada en la estratificación por criterios demográficos (para garantizar que el grupo coincide en líneas generales con el perfil demográfico de la comunidad según el censo u otros datos similares) y, a veces, por criterios actitudinales (dependiendo del contexto). Todos los ciudadanos deben tener las mismas oportunidades de ser elegidos como miembros de la Asamblea . En algunos casos, puede ser deseable sobrerrepresentar ciertos grupos demográficos durante la fase de muestreo aleatorio del reclutamiento para ayudar a conseguir representatividad.
La inclusión debe lograrse estudiando cómo implicar a los grupos infrarrepresentados. También debe fomentarse y apoyarse la participación mediante una remuneración, cubriendo los gastos y/o mediante la organización o el pago del cuidado de niños/as y personas mayores.
Los miembros de la Asamblea deben tener acceso a una amplia gama de información y conocimientos precisos, pertinentes y accesibles. Deben tener la oportunidad de escuchar e interrogar a los oradores que les presenten esta información, incluidos/as expertos/as y grupos de interés elegidos por los/as propios/as ciudadanos/as.
Los asambleístas deben ser capaces de encontrar un terreno común que sustente sus recomendaciones colectivas a las autoridades públicas. Esto implica escuchar atenta y activamente, sopesar y considerar múltiples perspectivas, que cada miembro tenga la oportunidad de hablar, generar dinámicas variadas que alternen debates y actividades en pequeños grupos y en plenario, y una facilitación cualificada.
Debido a la complejidad de la mayoría de los problemas políticos, la deliberación necesita de tiempo suficiente para que los miembros de la Asamblea aprendan, sopesen la información y elaboren recomendaciones fundamentadas. Para que los/as ciudadanos/as puedan formular recomendaciones fundamentadas, los miembros de la Asamblea deberían reunirse durante al menos cuatro días completos en persona, a menos que pueda justificarse un plazo más breve. Se recomienda dejar tiempo entre reuniones para el aprendizaje individual y la reflexión.
El proceso debe ser dirigido por un equipo de coordinación independiente y distinto de la autoridad pública que lo encarga. La última palabra sobre las decisiones relacionadas con el proceso debe corresponder a a los/as coordinadores/as independientes y no a las autoridades organizadoras. Dependiendo del contexto, debe haber una supervisión por parte de un consejo consultivo o de supervisión con representantes de diferentes puntos de vista.
El objetivo debe esbozarse como una tarea clara y estar vinculado a un problema público definido. Se formula de forma neutral como una pregunta en lenguaje sencillo.
Debe haber una evaluación anónima por parte de los Miembros de la Asamblea para valorar el proceso basándose en criterios objetivos (por ejemplo, en la cantidad y diversidad de la información proporcionada, la cantidad de tiempo dedicado al aprendizaje, la independencia de la facilitación). El equipo de coordinación debería llevar a cabo una evaluación interna basada en los principios de buenas prácticas del presente informe, con el fin de evaluar los logros y mejorar las prácticas futuras. Se recomienda una evaluación independiente para algunos procesos deliberativos, en particular los que duran mucho tiempo. El proceso deliberativo también debería evaluarse en función de los resultados finales y del impacto de las recomendaciones aplicadas.
Asegurarse de que una Asamblea Ciudadana tendrá influencia en las decisiones públicas es la tarea más importante. La autoridad, institución u organización pública que encarga el proceso debe comprometerse públicamente a responder a las recomendaciones formuladas por la Asamblea o a actuar en consecuencia en el momento oportuno. Esto incluye mantener conversaciones en una fase temprana con las partes interesadas que participarán de diversas maneras. Para que el proceso tenga éxito, hay que conseguir el apoyo de todos los partidos políticos o instituciones y mantener informadas desde el principio a las organizaciones de la sociedad civil y otras instituciones.
El funcionamiento de una Asamblea Ciudadana requiere tiempo suficiente y un presupuesto específico.
Normalmente, se necesita comenzar con al menos dos meses de antelación para garantizar un compromiso claro de las autoridades públicas y diseñar la Asamblea. El proceso de sorteo de los miembros de la Asamblea puede llevar otros dos meses.
Por último, la deliberación durará al menos cuatro días completos, a menudo repartidos en varios meses. La deliberación requiere tiempo suficiente para aprender, sopesar las pruebas y elaborar recomendaciones fundamentadas, debido a la complejidad de la mayoría de los problemas políticos.
El presupuesto necesario dependerá del contexto, el tamaño y la duración de la Asamblea, oscilando entre 26.000 USD / 23.000 EUR para una pequeña Asamblea local en Brasil y varios millones de euros para una gran Asamblea estatal en Francia. Una parte significativa del presupuesto se destina a compensar a los miembros de la Asamblea por su tiempo y a contratar a facilitadores/as cualificados/as.
Desde el punto de vista de los recursos, también será necesario asignar un/a coordinador/a principal o un equipo (para gestionar el proceso) y aprovechar las diversas competencias de la organización- que van desde la comunicación hasta la gestión de proyectos y el conocimiento experto en un área política específica, así como el despliegue de recursos técnicos como una plataforma online o un sitio web.
La principal motivación para participar es el compromiso de una institución pública de tener en cuenta las recomendaciones de la Asamblea y utilizarlas como base para leyes y políticas que repercutan en el mundo real. Para garantizar que todos tengan las mismas oportunidades de aceptar la invitación, es importante minimizar las barreras a la participación:
La cuantía depende del contexto. He aquí algunos ejemplos de Asambleas de Ciudadanos recientes.
Una cifra de referencia a la hora de pagar a los miembros de la Asamblea puede ser la compensación diaria recibida por participar en una mesa electoral. Se pagan aparte los gastos de dietas y desplazamientos en los casos de sesión presencial.
En el caso de la Asamblea Ciudadana por el Clima de Barcelona se añadieron pagos específicos para los integrantes de las Comisiones de Seguimiento de un importe de 9€/h.
Para maximizar los beneficios de las Asambleas Ciudadanas, éstas se han integrado cada vez más en el sistema de toma de decisiones democráticas de forma continuada. Esto significa que, en lugar de ser iniciativas puntuales dependientes de la voluntad política, se convierten en una parte habitual de cómo se toman ciertos tipos de decisiones, a menudo con una base legal o institucional que sustenta su conexión con instituciones existentes como los parlamentos.
Integrar la deliberación ciudadana de forma sistémica facilita y abarata la organización de Asambleas en torno a toda una serie de cuestiones, y refuerza así su legitimidad democrática. Un mayor número de Asambleas ofrece más oportunidades para que más personas representen a otras, lo que en última instancia les da más poder a la hora de tomar decisiones. Más información sobre los beneficios en la sección 3.3 de esta guía.
A la hora de organizar una Asamblea Ciudadana, recomendamos considerarla como un peldaño hacia un cambio democrático más amplio. Establecer una Asamblea Ciudadana requiere esfuerzo y lleva a un conocimiento profundo, así como a una mayor capacidad entre todos/as los/as implicados/as. Aprovecha la oportunidad para construir un cambio sistémico hacia una deliberación ciudadana integrada.
Incluso si empiezas con una única Asamblea Ciudadana para abordar un tema específico, tener la intención de convertirla en una parte continua de la toma de decisiones más adelante te ayudará a obtener aprendizajes útiles de ella. Puede ayudar a abrir la conversación sobre cómo las Asambleas Ciudadanas integradas podrían ser útiles para abordar retos políticos continuos en los que la aportación de la ciudadanía es necesaria de manera regular.
Tener presente el objetivo de un cambio estructural hacia Asambleas integradas y permanentes permite identificar la infraestructura legal, social e institucional necesaria que podría tener que crearse. Esto podría incluir, por ejemplo, cambios en la normativa para facilitar el funcionamiento de las Asambleas, darles más autoridad o pagar más fácilmente a los miembros de las Asambleas.
La Asamblea debe tener una estructura de gobierno clara y sencilla que garantice la transparencia y la independencia. Las Asambleas de ámbito nacional con mandatos más largos tienen una gobernanza más compleja, con elementos como garantes independientes o un presidente, mientras que las Asambleas más pequeñas y breves tienen estructuras más sencillas. Lo habitual es reunir a unos pocos grupos.
La institución comanditaria es una autoridad, institución u organización pública que pone en marcha una Asamblea Ciudadana. Garantiza que la Asamblea tenga un mandato claro y que sus resultados alimenten el proceso de toma de decisiones de la propia institución. Proporciona los recursos (financieros, de personal, de comunicación) para el funcionamiento de la Asamblea.
La Asamblea Ciudadana debe ser llevada a cabo por una organización independiente de la autoridad o institución pública que la encarga. Esto ayuda a garantizar la integridad del proceso. El operador, con experiencia en la implementación de Asambleas Ciudadanas, recibe el encargo de ayudar a diseñar la Asamblea, reclutar a los miembros de la Asamblea por sorteo, organizar la logística de las sesiones de la Asamblea, facilitar las deliberaciones y preparar el informe final de la Asamblea.
Una excepción en este caso son las Asambleas Ciudadanas permanentes: a medida que la institución comanditaria va adquiriendo con el tiempo capacidad y experiencia en la gestión de la deliberación ciudadana, es capaz de dirigir ella misma un proceso deliberativo de alta calidad, como parte de su función. Esto adopta la forma de una Secretaría independiente encargada exclusivamente de esta función.
Existen muchas organizaciones, con o sin ánimo de lucro, especializadas en la gestión de Asambleas Ciudadanas. Es importante elegir una que mantenga altos estándares de calidad y que cumpla los Principios de Buenas Prácticas de la OCDE descritos en esta guía.
Algunos de los socios de confianza de DemocracyNext son newDemocracy y MosaicLab en Australia, Delibera en Brasil, G1000 en Bélgica, MASS LBP en Canadá, iDeemos en Colombia, We Do Democracy en Dinamarca y Deliberativa en España. En la web de la red Democracy R&D puede consultarse una lista más amplia de organizaciones con experiencia en Asambleas Ciudadanas.
En la península ibérica, los principales operadores de Asambleas ciudadanas están agrupados en la Red Delib, una Red Ibérica de organizaciones y personas que impulsan y promueven la democracia deliberativa.
Creada en 2023, es una comunidad de práctica que tiene por objetivo la incorporación de las herramientas deliberativas en el sistema político. Con ese fin, visibiliza las Asambleas ciudadanas, y acompaña a las organizaciones y personas que las promueven, diseñan e implementan.
El equipo del proyecto está formado por los representantes de la institución comanditaria que inicia la Asamblea Ciudadana y las personas clave del equipo del operador que la pondrá en marcha.
Este grupo se encarga del proceso en su conjunto, asegurándose de que la Asamblea esté preparada para el éxito, tenga un camino claro hacia el impacto y se desarrolle sobre la base de los Principios de Buenas Prácticas de la OCDE. Son un puente entre la institución comanditaria y el operador.
Un grupo de supervisión garantiza la independencia de la Asamblea Ciudadana. Para que sea una fuente de control verdaderamente independiente, esta función puede ser asumida por una universidad, una organización independiente o expertos internacionales en democracia deliberativa. El grupo de supervisión puede ayudar a superar cualquier desacuerdo entre los otros grupos mencionados, y actúa como intermediario entre los miembros de la Asamblea y la institución comanditaria en caso de conflicto. Este grupo también puede incluir a representantes de diferentes partidos políticos.
El grupo de contenido se encarga de reunir la base de información que servirá de base a las deliberaciones de los miembros de la Asamblea, así como al público en general. La base de información debe ser precisa, amplia, pertinente, clara y accesible. Esto es fundamental para una deliberación eficaz y crucial para garantizar la legitimidad de todo el proceso.
El grupo de contenido está formado por expertos en el tema político de la Asamblea que representan diferentes perspectivas y puntos de vista. Sus miembros suelen ser académicos, expertos independientes y otras partes interesadas. El equipo del proyecto establece el grupo de contenido. La composición de este grupo es transparente.
Evaluar una Asamblea Ciudadana ayuda a los responsables políticos, a las partes interesadas y al público en general a confiar en el proceso y en las recomendaciones elaboradas por la Asamblea. También ayudará a determinar qué ha ido bien y qué podría mejorarse la próxima vez.
El proceso de evaluación debe iniciarse en una fase temprana, antes de que se tomen las decisiones de diseño. Existen múltiples métodos y enfoques posibles para evaluar una Asamblea Ciudadana, como encuestas, revisión de documentos, entrevistas y observación. En el caso de las Asambleas nacionales de mayor duración, también debería considerarse la evaluación del impacto. Para más información, véase la Guía de evaluación de la OCDE para procesos deliberativos representativos.
Es esencial que las evaluaciones sean lo más independientes posible.
Las evaluaciones independientes son la forma más completa y fiable de evaluar una Asamblea Ciudadana. Son especialmente valiosas para las Asambleas largas (por ejemplo, cuatro días o más). Suelen estar dirigidas por académicos o especialistas con experiencia en métodos de evaluación, conocimientos sobre democracia deliberativa y comprensión de lo que implica una deliberación pública de alta calidad.
Un buen lugar para empezar a buscar un evaluador son los centros especializados en democracia deliberativa. En el extranjero están la Escuela de Política y Relaciones Internacionales del University College de Dublín, la Escuela de Geografía, Política y Sociología de la Universidad de Newcastle, el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Pensilvania y el Centro de Democracia Deliberativa y Gobernanza Global de la Universidad de Canberra. En España, los evaluadores de estas Asambleas provienen de las Universidades o Centros de investigación, como por ejemplo el Instituto de Políticas y Bienes Públicos y el Instituto de Estudios Sociales Avanzados. Muchas de estas personas pertenecen ya a la Red Delib. Algunos ejemplos de evaluadores locales:
- El grupo de investigación Aktiba de la universidad del País Vasco (UPV-EHU) ha realizado la evaluación de la Asamblea Ciudadana de Tolosa
- José Luis Fernández Martínez, CSIC (Asamblea climática española)
- Ernesto Ganuza, CSIC (Asamblea climática de Mallorca)
La evaluación interna del equipo del proyecto de la Asamblea se realiza en forma de debate abierto entre los miembros del equipo encargados de llevar a cabo el proceso, guiados por una serie de preguntas. Reflexionan sobre los aprendizajes y lo que podría mejorarse en la siguiente ocasión.
La evaluación por parte de los miembros de la Asamblea se realiza recogiendo sus comentarios confidenciales mediante encuestas y entrevistas.
La evaluación debe reflejar cómo se organizó una Asamblea, cómo se desarrolló y qué impacto tuvo.
El enmarcado de la pregunta influye en todos los demás aspectos del diseño de la Asamblea Ciudadana.
Hay que decidir desde el principio quién responderá a las recomendaciones, para reforzar el sentido de pertenencia, la claridad y el compromiso sobre las mismas. A menudo se trata del parlamento, el pleno de un municipio, un comité gubernamental o el equipo ejecutivo de una organización.
Depende de la pregunta y del mandato. Cuanto más compleja, relevante o controvertida sea la pregunta, más grande será la Asamblea y se necesitará más tiempo para abordarla.
La Asamblea tiene que lograr alcanzar la diversidad suficiente para que todo el mundo sienta que "alguien como yo" puede formar parte de ella.
El contexto es importante: las Asambleas locales suelen ser más pequeñas (entre 25 y 40 personas), mientras que las nacionales y transnacionales han sido más grandes (por ejemplo, en las Asambleas de Escocia han participado 100 personas, en las Asambleas nacionales de Irlanda y Francia han participado entre 100 y 185 personas respectivamente, y en las Asambleas de la UE han participado 200 personas).
Existe un equilibrio inherente entre eficacia, calidad deliberativa y maximización de la representación. Un mayor número de miembros implica una Asamblea más larga y más recursos, pero también una mayor representación y una mayor legitimidad de las recomendaciones.
Cuanto más compleja sea una cuestión, más tiempo necesitará. Los Principios de Buenas Prácticas de la OCDE recomiendan un mínimo de 4 días completos de deliberaciones (40 h suele ser un número de horas adecuado). Cuestiones menores o locales se benefician de 6-10 días de deliberación. Muchas Asambleas nacionales han tendido a durar entre 15 y 25 días. Piensa en un test de sentido común: "¿Confiarías en las recomendaciones de una Asamblea sobre el tema después de X tiempo?".
Elegir el lugar donde se celebra una Asamblea Ciudadana es un paso fundamental para garantizar que el proceso se desarrolle sin problemas y que los miembros se sientan bienvenidos, cómodos y capacitados.
Las condiciones espaciales de un lugar pueden tanto facilitar un aprendizaje, un debate y una deliberación ricos y productivos como obstaculizarlos.
Considera en primer lugar dónde tendrá lugar el proceso deliberativo en relación con la región o la ciudad en general, asegurándote de que sea accesible mediante transporte público y esté situado en un lugar al que puedan llegar todos los miembros de la Asamblea.
A la hora de elegir un lugar concreto, considera la posibilidad de elegir un lugar lo suficientemente grande y que pueda adaptarse fácilmente a la organización de la Asamblea.
Es esencial disponer de mesas y asientos adaptables, así como de espacio en las paredes para exponer información sobre el tema en cuestión y los acuerdos alcanzados.
El espacio en sí debe tener mucha luz natural e incluir las condiciones acústicas adecuadas para que todos puedan oír y ser oídos tanto en las sesiones plenarias más amplias como en los grupos de trabajo más reducidos.
Lo ideal es que el espacio incluya tanto una zona de reunión más amplia como espacios adyacentes más pequeños para la deliberación y la búsqueda de consenso.
En los edificios gubernamentales tradicionales, los espacios están organizados de una manera que no permite necesariamente que las personas se sienten juntas en grupos más pequeños e íntimos para deliberar sobre un tema. Éste puede que no sea el mejor lugar para celebrar una Asamblea.
El diseño de una Asamblea Ciudadana debe ser un proceso transparente e integrador, dirigido por el equipo del proyecto. En él deben participar expertos en democracia deliberativa internos o externos.
Para garantizar que la Asamblea sea ampliamente aceptada y cuente con la confianza de las partes interesadas del sector público, debe establecerse un proceso para implicar a las partes interesadas que representen diversos puntos de vista a la hora de finalizar su diseño. Podría ser una reunión o un taller para compartir y debatir los planes de la Asamblea, o una convocatoria abierta para hacer comentarios y sugerencias.
Para disipar las dudas de las partes interesadas sobre la posibilidad de ceder el poder de decisión a la gente corriente, debe explicarse el proceso de la Asamblea y exponer claramente cómo pueden contribuir las partes interesadas más allá del taller de diseño inicial. Por ejemplo, incluyéndolos en la elaboración de una lista de ponentes expertos sugeridos.
Hay varias formas en que las herramientas digitales pueden ser útiles en el funcionamiento de una Asamblea Ciudadana:
Facilitar el aprendizaje — permitir a los miembros participantes acceder a vídeos y material escrito para aprender sobre el tema político antes de que empiece la Asamblea y entre sesiones.
Facilitar la conexión — para ayudar a los miembros a interactuar, comunicarse y crear conexiones y confianza entre las sesiones y una vez finalizada la Asamblea.
Apoyo a la facilitación — durante la Asamblea, pueden utilizarse para transcribir y resumir los debates de los grupos y paneles, elaborar recomendaciones y permitir la votación del conjunto final de recomendaciones.
Seguimiento de los resultados — para ayudar a los asambleístas a conocer el impacto de su trabajo.
Implicar a la sociedad en general — compartir los avances y resultados de la Asamblea, organizar otros procesos participativos que informen a la Asamblea.
Recuerda que la decisión de utilizar herramientas digitales para el aprendizaje y la comunicación de los asambleístas requerirá apoyo, formación y acceso a Internet y ordenadores o tabletas para algunos miembros que no tengan acceso a estos recursos.
Es importante garantizar la igualdad de acceso a la Asamblea para todos los miembros de la comunidad.
Más información:
Cualquier persona con discapacidad debe poder llegar al lugar de reunión de la Asamblea cómodamente y de forma independiente, y participar sin limitaciones. Durante las reuniones de la Asamblea debe disponerse de equipos adecuados, como un bucle de inducción magnética para las personas con discapacidad auditiva, un intérprete de lengua de signos o información adicional en la pantalla, narración de voz acompañante del texto escrito para las personas con discapacidad visual, entre otros.
Como se destaca en los Principios de Buenas Prácticas, las personas deben recibir una retribución por el tiempo que dediquen a su trabajo; también deben cubrirse los gastos de cuidado de menores y personas dependientes y los gastos de viajes y alojamiento, cuando proceda.
Dependiendo de la diversidad lingüística del contexto en el que se desarrolle la Asamblea, puede que sea necesario identificar y planificar medidas para ayudar a los miembros de la Asamblea a comunicarse. Entre ellas se incluyen la interpretación en directo o asignar / permitir a los miembros traer a un/a compañero/a lingüístico/a remunerado/a que les apoye durante el proceso.
Lo más probable es que la autoridad que encargue la organización tenga que llevar a cabo un proceso de contratación para seleccionar a un organismo con los conocimientos y la experiencia necesarios para dirigir una Asamblea Ciudadana. DemNext ha elaborado un modelo de documento de contratación basado en nuestras experiencias en Europa. MASS LBP tiene una guía que puede ser más relevante para Norteamérica.
Merece la pena dedicar tiempo a considerar otras actividades que puedan abrir la participación a un público más amplio: por ejemplo, convocatorias abiertas, entrevistas o encuestas antes de la Asamblea, para ayudar a entender cómo se relacionan las comunidades con el tema que se está tratando. Esto tiene el doble propósito de socializar el trabajo de la Asamblea y proporcionar a los miembros de la misma una valiosa información que forma parte de la base de pruebas más amplia para sus deliberaciones.
Otra forma de mantener informado al público en general es recoger las preguntas que la gente pueda tener sobre la Asamblea y el tema que aborda. Los miembros de la Asamblea pueden responderlas en vídeos cortos que luego se difunden.
Se debe presupuestar y establecer desde el principio una estrategia de comunicación específica y que el equipo reserve tiempo para esta tarea, con el objetivo de informar a la sociedad en general sobre la Asamblea Ciudadana, comunicar su progreso, compartir pruebas y materiales de aprendizaje en un sitio web específico para informar el debate público y aumentar la concienciación sobre el tema abordado y las Asambleas Ciudadanas en general.
Algunas formas útiles de difundir el mensaje son:
Este es uno de los criterios más esenciales para garantizar la legitimidad y el éxito de la Asamblea. La facilitación es una habilidad específica que requiere formación, conocimientos técnicos y experiencia. El equipo de facilitación, de manera coordinada con el equipo organizador, debe preparar un plan claro y detallado que describa cómo los miembros de la Asamblea recorrerán este proceso: conocerse, aprender sobre el tema que están abordando, deliberar, encontrar puntos en común, desarrollar recomendaciones y llegar a un amplio consenso. Debe incluir una mezcla de trabajo en pequeños grupos y sesiones plenarias.
Una característica definitoria de las Asambleas Ciudadanas es que los miembros se seleccionan por sorteo para asegurar que sean ampliamente representativos de una comunidad, lo que significa que todos tienen las mismas oportunidades de representar y ser representados.
El proceso de selección consta de dos fases. En una primera etapa, se envía un gran número de invitaciones (a menudo entre 10-30k) a un grupo de personas elegidas completamente al azar.
Entre todos/as los/as que responden positivamente a esta invitación, se realiza un segundo sorteo.
Esta vez hay un proceso -conocido como estratificación- para garantizar que el grupo final represente ampliamente a la comunidad en términos de género, edad, localización y diferencias socioeconómicas.
El término para esto es sorteo. A veces se denomina sorteo democrático o sorteo cívico.
Invitación enviada a una muestra aleatoria de la población (2.000-30.000) por correo postal, teléfono, correo electrónico.
Los destinatarios pueden participar voluntariamente en el sorteo.
Segunda selección por sorteo entre los voluntarios. Estratificada en función de: Sexo, edad, localización, criterios socioeconómicos, criterio actitudinal, etc.
Grupo final: Ampliamente representativo de la comunidad en cuestión (ciudad, estado, país, etc.)
La selección de los miembros suele correr a cargo del operador y este proceso es supervisado por el equipo del proyecto. El operador debe tener experiencia en la gestión de la selección y debe dirigir este proceso.
En la mayoría de los casos, se utilizan variables como el sexo, la edad, la localización, una variable que refleje la diversidad socioeconómica (como el nivel de estudios o el tipo de empleo) para formar un grupo ampliamente representativo. Un fuerte sesgo puede estar relacionado con la sensibilidad política hacia el tema de la asamblea. Para evitarlo, la Red Delib propone formular una pregunta actitudinal relacionada con la cuestión que se trata en la asamblea. Tiene que reflejar una pregunta que se haya hecho recientemente en una encuesta a la misma escala de población que la muestra de la asamblea.
En algunas ocasiones se recogen criterios adicionales, como el idioma hablado, y se utilizan para asegurarse de que en el grupo final están representados distintos puntos de vista. También deben establecerse criterios para excluir a los políticos electos, en caso de que reciban una invitación. Debe evitarse añadir demasiados criterios, ya que complica la formación de un grupo que pueda captarlos todos.
Los grupos tradicionalmente infrarrepresentados, como las personas de nivel socioeconómico bajo, los jóvenes, los habitantes de zonas rurales, las personas desfavorecidas por su origen étnico, su raza o por otros motivos, tienen menos probabilidades de aceptar la invitación a formar parte de la Asamblea.
Podría ser tentador pensar que la solución a este problema es invitar a las personas a la Asamblea de forma que se eluda el proceso de sorteo. Sin embargo, esto crearía efectos problemáticos en cadena, socavando el principio de que todo el mundo tenga las mismas oportunidades de recibir una invitación para ser miembro de la Asamblea en primer lugar. Es importante que todos los miembros de la Asamblea sientan que participan en el mismo proceso y como miembros de una comunidad común.
Si algunos miembros del grupo recibieran invitaciones específicas, pasando por alto el proceso de sorteo, esos Asambleístas podrían sentir que están presentes únicamente para representar a un grupo o interés específico, en lugar de como miembros de una comunidad que han sido seleccionados por sorteo. Todos tenemos múltiples facetas en nuestras identidades, y las Asambleas crean un entorno propicio para que las personas puedan reflexionar sobre las muchas partes de lo que son y no se vean reducidas a uno o dos aspectos de sus identidades.
Entonces, ¿cómo superar el problema de que determinados grupos demográficos suelen tener un menor índice de respuesta a la invitación inicial? Hay algunas opciones:
Si se sabe en qué zonas viven personas de estos grupos, enviar cartas de invitación a más hogares de esas zonas para ayudar a garantizar que su índice de respuesta pueda equipararse al de otros grupos, de modo que estén bien representados en la composición final del grupo.
En materia de inclusión de colectivos infrarrepresentados, cabe señalar que en la Asamblea por el Clima de Cataluña (noviembre de 2023 - febrero de 2024) a la hora de sortear las 20.000 direcciones a las que se envió una primera invitación para formar parte de la Asamblea, se sobrerrepresentó el territorio fuera del área metropolitana de Barcelona, así como la población extranjera. Por otro lado, el segundo sorteo (realizado entre las personas voluntarias) buscó conseguir una muestra repartida entre tres grupos con igual peso (⅓ cada grupo): ciudades grandes y áreas densamente pobladas, ciudades medianas y áreas semidensas y áreas rurales.
Aumentar la concienciación sobre la oportunidad de unirse a la Asamblea a través de esfuerzos de divulgación específicos por parte de organizaciones comunitarias, gubernamentales y no gubernamentales.
Colaborar con organizaciones de la sociedad civil o grupos comunitarios que trabajen con comunidades desfavorecidas para distribuir más invitaciones entre sus miembros durante la primera fase del proceso de sorteo en dos etapas. De este modo, al principio se realiza un sobremuestreo, pero la segunda fase del sorteo sigue siendo totalmente aleatoria, lo que garantiza que el grupo final sea ampliamente representativo de toda la comunidad.
A nivel local, ir puerta por puerta a las personas que han recibido una invitación pero no han respondido y preguntarles qué se podría hacer para que pudieran participar es también una técnica probada, aunque requiere mucho tiempo y recursos.
En los casos de comunidades con una realidad plurilingüe se recomienda el uso del criterio idiomático para alcanzar una representatividad de la población en términos de conocimiento y práctica del idioma, si puede influenciar la actitud respecto al tema que se trabaja (Asamblea ciudadana de Gipuzkoa). Otros criterios, como tener o no hijos a cargo (Jurado Ciudadano del Besaya), la residencia en área urbana o rural (Asamblea Ciudadana del Cambio Climático) o el lugar de nacimiento (Asamblea Ciudadana por el Clima de Barcelona) se pueden usar también para tener en cuenta la diversidad de realidades sociales.
En paralelo, se recomienda usar criterios actitudinales para corregir posibles sesgos ligados con el posicionamiento sobre la pregunta que se plantea en la Asamblea (Ej: Asamblea ciudadana de Gipuzkoa, con una pregunta sobre la compra de productos locales).
Para enviar la primera ronda de invitaciones se utilizan diferentes bases de datos en función de la disponibilidad. Suelen ser el censo nacional de población y vivienda, las listas de votantes, el registro postal, el padrón municipal y otros. En los casos en que no se disponga de ninguna base de datos, pueden llevarse a cabo otras técnicas como la marcación aleatoria o el reclutamiento puerta a puerta. El objetivo debe ser utilizar la lista más completa - a veces una combinación de listas - para ser lo más inclusivo posible. Por este motivo, las listas del censo electoral no suelen ser buenas listas para utilizar por sí solas.
Recuerde cumplir todas las normativas sobre el tratamiento de la información personal de las personas, como el GDPR.
En España, a nivel municipal, se suele usar el registro del padrón.
A nivel autonómico o provincial, se tienen que buscar bases de datos en cada caso ya que no existe un registro que sería el equivalente del padrón. Se han usado diversas bases de datos hasta la fecha: en la Convención ciudadana sobre salud mental de la Comunidad Valenciana, se usó la base de datos de la Conselleria de Salud autonómica (SIP, es decir, la tarjeta sanitaria); en la Asamblea ciudadana de Gipuzkoa se utilizó el catastro de la provincia, con el inconveniente de que se enviaran cartas solo a direcciones (sin nombres).
A nivel estatal, un buen mecanismo puede ser generar números de teléfono fijos y móviles de manera aleatoria para realizar llamadas de reclutamiento.
Es muy importante redactar bien la carta de invitación para maximizar el índice de respuesta de los invitados.
Las invitaciones deben proceder y estar firmadas por la persona con mayor autoridad para firmarlas: puede ser el presidente, el ministro, el alcalde o alcaldesa, el director general o similar.
La carta debe proporcionar toda la información necesaria para que el destinatario comprenda el objetivo de la Asamblea y si puede comprometerse a participar en todo el proceso.
El diseño del sobre es importante: debe lograr un equilibrio entre un aspecto atractivo y acogedor pero lo suficientemente oficial como para que la gente entienda que es importante abrirlo. Es útil escribir la fecha límite de inscripción en el sobre para llamar la atención de las personas que han recibido la carta de invitación. El contexto también importa. En algunos países, es útil que el sobre de invitación tenga una apariencia institucional. En otros, ocurre lo contrario y más que parecer un documento oficial, debe tener un aspecto divertido y atractivo.
Consejos sobre aspecto invitación/sobres en el contexto español:
Junto con el envío de la carta se incluye una hoja de preguntas frecuentes (FAQ) para ofrecer más detalles sobre el proceso. Esto favorece la sensación de que los potenciales miembros de la Asamblea se sientan bienvenidos y cómodos. Además de información logística sobre las reuniones de la Asamblea y aclaraciones sobre su funcionamiento, puede responder a preguntas prácticas (por ejemplo, qué ropa debe llevar la gente, de qué tipo de apoyo se dispone) y hacer hincapié en que no se requiere ninguna cualificación especial para participar y todo el mundo es bienvenido.
Resulta útil establecer una línea de atención telefónica a la que los posibles asambleístas puedan llamar para hacer preguntas y, una vez que la Asamblea esté en marcha, los ciudadanos/as puedan llamar para pedir ayuda sobre cualquier problema que puedan tener. El operador suele encargarse de ello.
Una vez que se disponga de la lista de personas que respondieron positivamente a la primera invitación, existen varias plataformas digitales de confianza con algoritmos de sorteo que pueden utilizarse para seleccionar el grupo final y que este sea ampliamente representativo de la comunidad. Recomendamos utilizar una de las siguientes herramientas gratuitas y de código abierto:
Los miembros de la Asamblea aportarán al proceso su experiencia vital y sus perspectivas únicas, pero tendrán que aprender sobre la cuestión política que abordará la Asamblea a partir de una base de información precisa, amplia, pertinente, clara y accesible. Esto es fundamental para una deliberación eficaz y crucial para garantizar la legitimidad de todo el proceso.
El grupo de contenidos se encarga de preparar la base informativa: una lista de expertos/as y de grupos de interés a los que los miembros escucharán y un kit de información.
Más información:
Prepara una lista de expertos/as y grupos de interés que representen una amplia variedad de puntos de vista. Esto es importante porque genera confianza en el proceso y garantiza que nadie quede excluido.
Define las diferentes dimensiones de la cuestión -desde las áreas clave de desacuerdo o debate, hasta las opiniones de los/as expertos/as y las experiencias vividas- para garantizar que todas queden cubiertas.
Ten en cuenta la diversidad de los/as expertos/as y grupos de interés en términos de género, grupos minoritarios y otros criterios.
Invita a los/as expertos/as y partes interesadas a presentar sus puntos de vista a los/as participantes en persona, o a grabar una presentación en vídeo. Cada uno/a de ellos/as debería disponer del mismo tiempo.
En el kit de información, se plantea el problema, la pregunta, qué respuestas necesitan los miembros, el contexto, el enfoque y los esfuerzos actuales.
Redáctalo de forma clara, accesible y en un lenguaje sencillo y sin jerga.
Incluye la información de contexto necesaria para tomar la decisión.
Procura que tenga entre 50 y 200 páginas (dependiendo de la complejidad de la cuestión) en las que se explique la mayor parte posible del problema.
Asegúrate de dejar algo de tiempo para las presentaciones de expertos adicionales, solicitadas por los miembros durante la Asamblea, en caso de que consideren que algunas voces han quedado infrarrepresentadas.
Es importante que los miembros de la Asamblea tengan cierta influencia en el proceso y puedan convocar a sus propios expertos y sugerir fuentes de información.
Las personas aprenden y procesan la información de diversas maneras. Estudios recientes demuestran que cada persona aprende o retiene mejor la información dependiendo de cómo interactúe físicamente con ella. Las sesiones en las que los miembros deliberan mientras pasean por la naturaleza o transmiten visualmente sus ideas a los demás son ejemplos de cómo hacerlo.
Considera la lista de expertos y grupos de interés así como el kit de de información como el punto de partida de la preparación de material didáctico y evidencias para los participantes. Considera también la posibilidad de incluir otros elementos, como excursiones, juegos y otras formas de aprendizaje interactivo.
Recuerda que otros tipos de conocimiento más allá del científico o experimental -como el conocimiento encarnado o el indígena- son bienvenidos, buscados y valorados.
Capítulo siguiente. Durante la Asamblea. Cómo se desarrolla una Asamblea Ciudadana "en la sala".
Cómo se desarrolla una Asamblea Ciudadana "en la sala"